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Prevención

¿Hasta cuándo esterilizar los biberones?

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Tu hija a los 4 meses: cuando la estás cargando alcanza tu mano y empieza a chupar tu reloj.
A los 6 meses: al estar en la cama contigo, tú descansas viendo la TV y ella se mete a la boca el control remoto y también tu teléfono celular.
A los 8 meses: se arrastra por el piso y empieza a morder un zapato que dejaste tirado.
A los 10 meses: mientras disfrutan de la playa, ella continuamente come arena. Con cara de disgusto cada vez que la prueba, pero aún así lo hace una y otra y otra vez. 

Vamos dejando algo claro: vivimos en un mundo que no es estéril. Va de nuevo: el mundo no es estéril. Y aunque quisiéramos que así fuera para que nuestros hijos nunca se enfermaran, no lo es.

Por décadas se ha recomendado que se esterilicen los biberones. Esta recomendación viene desde las épocas en las que no había buenos drenajes y la calidad del agua en los hogares dejaba mucho qué desear. Hoy en día, las condiciones de higiene han mejorado y asociaciones como la Academia Americana de Pediatría han relajado su postura diciendo que si en tu casa tienes agua lo suficientemente limpia como para beberla incluso podrías no esterilizar los biberones. En nuestro país no tenemos agua potable en todas las casas así que tal vez sí valga hacerlo.

Pero, ¿hasta cuándo?

Una forma sensata de ver esto es analizando la situación descrita arriba. ¿Cuántas bacterias tienen tu reloj, el control remoto, el celular, la arena de la playa? La verdad es que cuando los niños se empiezan a meter todo a la boca se pierde cualquier esterilidad que quisieras ofrecerles y se convierte en una simple ilusión. Desde ese momento en adelante, ¿valdrá la pena?

Si a partir de los 6 meses, cuando el bebé ya come alimentos sólidos y ya explora todo lo que tiene alrededor con su boca, quieres seguir esterilizando las mamilas, adelante. Pero dependiendo dónde vivas podrías decidir no hacerlo. Sólo cuida que siempre hay que lavarse las manos cuando vayas a manipular los biberones o los alimentos del bebé, y que los biberones se deben lavar con agua caliente y jabonosa, enjuagar cuidadosamente y dejar que se sequen bien.