Acabo de leer una nota interesante en CNN.com muy relacionada a lo que alguna vez platicamos acerca del Dr. Internet.
El artículo habla de los cibercondriacos. Básicamente, un cibercondriaco es una persona que entra a Internet, empieza a leer acerca de síntomas y enfermedades, y comienza a creer que sufre del padecimiento que está revisando. Podemos llamarle «el hipocondriaco del Siglo XXI».
Ponen un ejemplo típico: el estudiante de medicina de primer año. Los estudiantes empiezan a ser bombardeados de conocimientos acerca de enfermedades y con cualquier síntoma que presentan les comienza la paranoia de que ellos pueden estar enfermos de lo que leyeron.
Así como este ejemplo, nosotros como padres podemos caer en la misma trampa. Al leer que a un niño se le diagnosticó cáncer después de quejas de dolores de huesos, inmediatamente recordamos que nuestro hijo de 5 años se ha estado quejando de dolor de piernas por las noches. Ese mismo día vamos a consulta y el doctor nos dice que son dolores de crecimiento y que no hay porqué preocuparse. Volvemos a nuestra casa, entramos de nuevo a Internet, vemos que lo que nos dijo el médico es cierto, pero sin querer encontramos otro enlace que habla de otras enfermedades que comienzan como si fueran dolores del crecimiento. Así se convierte en un círculo vicioso.
La información que existe a nuestro alcance es muy diversa pero a la vez puede estar muy resumida y fuera de contexto. Puede ser confiable o puede ser una falacia (como las cadenas de correos electrónicos que frecuentemente nos llegan). Aún así, puede ser un apoyo invaluable para aumentar nuestros conocimientos de una enfermedad y así mejorar la comunicación con nuestros médicos.