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Mitos y realidades

El mito de las vacunas y el autismo

Hace ya varios años salieron unos reportes que trataban de ligar a ciertas vacunas (como la del sarampión) con el desarrollo del autismo. El autismo es una enfermedad que afecta las habilidades sociales y de comunicación de los niños, además de presentar movimientos repetitivos y estereotipados.

La imagen más «conocida» de la enfermedad probablemente es Dustin Hoffman en la película Rain Man. En esta película, Hoffman caracteriza a un personaje con un nivel muy avanzado de autismo, lo cual da una errónea impresión de que los niños autistas son genios que no saben comunicarse. Hay diferentes grados o tipos de estas enfermedades, y en la mayoría de los casos, los niños con autismo no pueden comunicarse como lo hace el personaje de la película.

La causa del autismo aún se sigue investigando, pero uno de los componentes principales es el factor hereditario. Los reportes que trataban de culpar a las vacunas han causado gran controversia. Sin embargo, ninguno de ellos ni los estudios posteriores han demostrado evidencia científica suficiente para decir que ciertas vacunas son la causa del autismo.

Ha sido tal la controversia originada que revistas importantes como la Time Magazine han dedicado artículos de portada al tema. Y ahora, se ha generado un debate entre la Academia Americana de Pediatría y la compañía ABC – Walt Disney debido a una serie de televisión, Eli Stone, en la que el abogado protagonista comienza un juicio donde manifiesta que un niño desarrolló autismo después de una vacuna.

Hay que tener claro que las vacunas previenen enfermedades, complicaciones de las mismas y hasta epidemias. Los beneficios son mucho mayores que los infrecuentes efectos adversos. Y los mitos, como el que ya mencionamos, hacen que se ponga en riesgo la salud de los niños. Consulta siempre a tu pediatra cuando oigas este tipo de noticias.

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Enfermedades

Cuidado de la piel en niños alérgicos

Si tu hijo (a) padece de eccema (dermatitis atópica o alérgica), hay ciertos cuidados diarios que deben darse para evitar las recaídas de este problema crónico y frustrante.
En la mayoría de los casos, el seguir la siguiente rutina mantiene una excelente calidad de vida en los niños:

1. No hagas baños prolongados. Trata de que el baño de su niño dure entre 5 y 10 minutos. Usa agua tibia, ya que el agua caliente resecará más la piel del pequeño.

2. Usa jabones suaves. Usa poco jabón, y sólo en las partes del cuerpo que más se ensucian: cara, manos, pies, y pompas. Los jabones y champús quitan los aceites naturales de la piel.

3. Seca con gentileza. Al secar a tu hijo, realízalo con palmaditas, sin frotar para no irritar la piel.

4. Aplica un humectante después del baño. El uso de cremas humectantes evita que la piel se reseque. Úsalo en todo el cuerpo, no sólo en las partes afectadas.

5. Aplica el humectante durante el día. Aplica la crema humectante por los menos de 2 a 3 veces al día, y antes de acostarse. También aplícalo cada vez que note seca la piel de su hijo, y cuando él tenga comezón.

Para mayor información sobre dermatitis alérgica (atópica) platica con tu pediatra.

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Enfermedades

Las temidas convulsiones por fiebre

Entre el 2% y el 5% de los niños entre las edades de 6 meses y 5 años pueden llegar a tener una crisis convulsiva asociada a fiebre (debe ser temperatura igual o mayor a 38°C). Estos episodios son aterradores, pero generalmente son inofensivos.

Las convulsiones febriles son espasmos musculares involuntarios que ocurren en niños que tienen aumento rápido de la temperatura corporal.

Inicialmente, el niño puede verse extraño, luego su cuerpo se pone tieso, o puede presentar movimientos repetitivos de brazos y piernas y la mirada “se pierde”. Durante la convulsión el niño (a) no responderá al llamarle, en ocasiones puede dejar de respirar por unos segundos, la piel puede verse más pálida u oscura de lo normal, y puede vomitar, orinar o defecar. Generalmente, estas convulsiones duran menos de un minuto, aunque en raras ocasiones pueden durar hasta 15 minutos. Posterior al evento, el niño puede parecer confuso o somnoliento. Usted puede dejar dormir al niño, pero debe vigilarlo.

Si su hijo (a) presenta una convulsión asociada a fiebre, debe actuar de inmediato para que no se haga daño:

  • Mantenga la calma.
  • Coloque al niño en el piso o en la cama, aleje objetos duros o puntiagudos.
  • El niño no debe ser aguantado o restringido durante la convulsión.
  • No ponga nada dentro de la boca del niño; el niño NO se tragará la lengua, y objetos colocados en la boca pueden romperse y después obstruir la vía aérea.
  • Voltee la cara del niño hacia un lado para que la saliva, o si se presenta vómito, puedan drenar fuera de la boca.
  • Observe las características del evento, y si es posible, su duración.
  • Llame a su pediatra.

Las convulsiones febriles pueden asustar, pero generalmente NO producen ningún problema a largo plazo, como daño cerebral, retraso mental, o problemas de aprendizaje.

El riesgo de volver a presentar una convulsión febril varía según la edad, y son más frecuentes si existe algún antecedente en la familia.

Aproximadamente el 50% de los niños que convulsionan por fiebre antes del año de edad tendrán otro episodio. El riesgo disminuye al 30% si convulsiona por primera vez después del año de edad. El riesgo de desarrollar epilepsia en estos niños NO es mucho mayor que el de la población en general.

 

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Enfermedades

Espaciadores en el asma

En los últimos años, ha ido creciendo la evidencia de que los aerosoles, usados con espaciadores, son tan efectivos como la nebulización para el tratamiento de enfermedades como el asma, tanto en su manejo agudo como preventivo.
El más conocido de los espaciadores es el Aerochamber® con mascarilla. Existen otros que tienen una boquilla, y otros que parecen un acordeón.
Todos estos métodos tienen sus ventajas y desventajas. Pregunta a tu pediatra cuál es el más apropiado para el tratamiento de tus hijos.

Consejos para el uso del ESPACIADOR con mascarilla.

INSTRUCCIONES.

1. Agite bien el inhalador (salbutamol, budesonida, fluticasona, salmeterol…) y retire la tapa.
2. Coloque la boquilla del inhalador en la abertura del Aerochamber, con el contenedor del inhalador volteando hacia arriba.
3. Coloque la mascarilla en la cara del niño, de manera que cubra nariz y boca, y que produzca un buen sello para evitar fuga de aire.
4. Presione el inhalador para introducir el primer disparo del medicamento dentro de la cámara.
5. Deje que el niño respire 4-6 veces con la mascarilla puesta.
6. Quite la mascarilla y espere 30-60 segundos para realizar el siguiente disparo.
7. Para aumentar el efecto broncodilatador durante un ataque de asma, espere un minuto entre disparos de medicamentos de rescate como el salbutamol.

LIMPIEZA.

Limpie todas las partes del Aerochamber con agua tibia y un jabón líquido suave:
Llene un recipiente con agua tibia y el jabón.
Sumerja el Aerochamber y agite de manera gentil.
Enjuage con agua limpia y deje secar al aire libre.

AYUDANDO AL NIÑO A ACOSTUMBRARSE A LA MASCARILLA.

Al principio, los niños pequeños pueden resistirse a usar la mascarilla. Sin embargo, se acostumbrarán a ella, después de unos días de uso consistente.
Recuerde que la cooperación del niño no es necesaria para que este tipo de espaciador sea efectivo. Si la mascarilla se mantiene haciendo un buen sello en la cara del niño, él va a inhalar el medicamento aún si está llorando (el llorar hace que el niño tome respiraciones más profundas). Deje la mascarilla puesta hasta que el niño haya respirado varias veces.
Para mejorar la cooperación de su hijo siga estas instrucciones:
1. Dígale a su hijo que es hora de tomar su medicina.
2. Pregúntele si quiere sostener él mismo la mascarilla o si quiere que usted lo haga. (De cualquier manera, es necesario ayudar a sostenerla para mantener un buen sello).
3. La decisión debe hacerse en 30 segundos e iniciarse el tratamiento, aún cuando el niño no se muestra cooperador al principio.
No pierda tiempo tratando de convencer al niño que se ponga la mascarilla o diciéndole que no le va a doler, etc. Esa negociación sólo retrasará el tratamiento. A medida que continúa usando la mascarilla, el niño entenderá que no hay nada que temer y que ésta le provoca alivio.
Después de que se dan los disparos, motive a su hijo diciendo “¡bien hecho!” o “¡cada vez te tomas tu medicina mejor!” para que continúe sus esfuerzos. Usando este método de manera consistente se asegurará de que el niño se acostumbre y coopere para sus tratamientos, y que no tomen mucho tiempo para administrarse.

TIP. Los inhaladores tienen un límite de disparos. Al terminarse el medicamento, parecería que el inhalador sigue funcionando bien, sin embargo, sólo expulsa aire comprimido y no medicamento. Lleve una cuenta de cuántos disparos ha usado. La mayoría de los aerosoles son de 100 o 200 disparos.

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Noticias

¿Eres un cibercondriaco?

Acabo de leer una nota interesante en CNN.com muy relacionada a lo que alguna vez platicamos acerca del Dr. Internet.

El artículo habla de los cibercondriacos. Básicamente, un cibercondriaco es una persona que entra a Internet, empieza a leer acerca de síntomas y enfermedades, y comienza a creer que sufre del padecimiento que está revisando. Podemos llamarle «el hipocondriaco del Siglo XXI».

Ponen un ejemplo típico: el estudiante de medicina de primer año. Los estudiantes empiezan a ser bombardeados de conocimientos acerca de enfermedades y con cualquier síntoma que presentan les comienza la paranoia de que ellos pueden estar enfermos de lo que leyeron.

Así como este ejemplo, nosotros como padres podemos caer en la misma trampa. Al leer que a un niño se le diagnosticó cáncer después de quejas de dolores de huesos, inmediatamente recordamos que nuestro hijo de 5 años se ha estado quejando de dolor de piernas por las noches. Ese mismo día vamos a consulta y el doctor nos dice que son dolores de crecimiento y que no hay porqué preocuparse. Volvemos a nuestra casa, entramos de nuevo a Internet, vemos que lo que nos dijo el médico es cierto, pero sin querer encontramos otro enlace que habla de otras enfermedades que comienzan como si fueran dolores del crecimiento. Así se convierte en un círculo vicioso.

La información que existe a nuestro alcance es muy diversa pero a la vez puede estar muy resumida y fuera de contexto. Puede ser confiable o puede ser una falacia (como las cadenas de correos electrónicos que frecuentemente nos llegan). Aún así, puede ser un apoyo invaluable para aumentar nuestros conocimientos de una enfermedad y así mejorar la comunicación con nuestros médicos.

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Prevención

Escogiendo juguetes seguros

La magia de la Navidad se acerca y con ella se avecina la gran cantidad de regalos. Como padres, tenemos la responsabilidad de comprar juguetes seguros y apropiados para la edad de nuestros hijos, sobrinos, nietos…

Entre los detalles que debemos considerar para la compra de juguetes están:

Revisar si el juguete es apropiado para la edad. Checar la etiqueta o la caja del juguete y verificar que nuestro hijo puede usarlo. Esta clasificación no tiene que ver sólo con el tamaño. Dependiendo del tipo de juguete, los que son para niños mayores pueden tener bordes rectos o casi filosos, partes delgadas y rompibles, partes pequeñas que se puedan quitar, etc.

Aún checando la recomendación de la edad, debemos verificar que no tenga partes pequeñas que un lactante pueda tragarse. Un truco fácil de recordar es que si el juguete o una parte del mismo cabe dentro del cartón cilíndrico de un rollo de papel, también cabe en la boca de un niño pequeño y no es apropiado para menores de 3 años.

Tenemos que considerar materiales, también. Debemos ver si alguna parte del juguete puede morderse y arrancarse para después tragarse. Los niños pequeños gozan metiéndose todo a la boca.

Verifica que el juguete no tenga cuerdas o listones largos sueltos que puedan apretar o estrangular.

Todos los juguetes deben ser no tóxicos. Crayones, juguetes artesanales, algunas plastilinas, podrían tener o liberar compuestos tóxicos, así que checa la etiqueta o la envoltura para ver qué contiene.

Cuidado con todos los juguetes que lancen cualquier tipo de proyectil. Desde pistolitas de juguete hasta catapultas de monitos. Tal vez el juguete lanzador no sea pequeño, pero los proyectiles pueden lastimar, causar heridas o pueden ser tragados. En especial, cuidado con los ojos.

Si les compras bicicletas, patinetas o vehículos para andar, es necesario considerar la compra de cascos y protectores de codos y rodillas, según sea el caso. De igual manera, las bicicletas, los triciclos y los carritos para pasear deben estar hechos de materiales firmes y deben ser estables.

Hagamos de esta Navidad una época segura para nuestros hijos.

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Nutrición

Engordando a nuestros hijos

Ayer vi de nuevo la película Súper Engórdame. Es un documental que critica las cadenas de comida rápida y el efecto de estos alimentos en la epidemia de obesidad que tiene EEUU. El director y protagonista se embarca en una misión de desayunar, comer y cenar en McDonalds, y ya se imaginarán qué le pasa a su peso y su salud. Si bien es cierto que el experimento que realiza puede estar sesgado, y pueden mostrarnos sólo los datos que ellos quieren para magnificar el drama, el documental da información muy interesante de los efectos nutricionales de las comidas rápidas. Más allá, explica cómo los distribuidores de alimentos influyen en qué comen los niños en las escuelas y cómo la mercadotecnia hace que nuestros hijos sean presas de sus productos desde muy temprana edad.

En México aún no existe una epidemia de obesidad tal como la que se ve en EEUU. Pero mientras algunos Estados siguen teniendo altos índices de desnutrición, en otros la incidencia de sobrepeso aumenta cada vez más. Como en otras situaciones, estamos imitando el mal ejemplo de nuestros vecinos del Norte, cayendo en las mismas trampas publicitarias. La influencia de las grandes compañías de comida rápida se ve por doquier: en televisión, en espectaculares, en juguetes, en escuelas…

Debemos mantenernos alertas en todo lo que consumimos nosotros como padres, para dar un buen ejemplo a seguir. Apóyate en tu pediatra para obtener consejos sobre la nutrición de tus hijos. El control del niño sano juega un papel fundamental para vigilar el crecimiento y desarrollo de un niño. Durante este seguimiento, el pediatra puede revisar el índice de masa corporal y los hábitos alimenticios tanto del niño como de la familia.