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Mitos y realidades

Si haces bizcos te vas a quedar así

Probablemente hemos escuchado en muchas ocasiones esa advertencia: ¡Si haces los ojos bizcos te vas a quedar así!

Bizco o virolo, son palabras que se refieren a la desviación de los ojos fuera de su posición normal, generalmente hacia adentro. Existe la creencia de que si un niño, voluntariamente, mueve sus ojos a esa posición, y lo hace en repetidas ocasiones, se quedará así para siempre. Otras personas mencionan que si al estar con los ojos bizcos sentimos una ráfaga de aire, también nos quedaremos así.

Todo esto es falso. El estrabismo es la mala alineación de los ojos y se divide en varios tipos dependiendo si los ojos están desviados hacia adentro, hacia afuera, arriba, abajo, o si la desviación es permanente o sólo una tendencia a desviarse por parte de un ojo. El recién nacido normal puede presentar estrabismo convergente (hacia adentro) ocasional, sin que éste represente una enfermedad. A medida que el niño crece y la visión mejora, la alineación de los ojos se normaliza, y alrededor de los 3 meses los niños ya tienen una mirada alineada.

Sin embargo, el estrabismo detectado más adelante sí puede representar un problema. Tratando de simplificar, cuando los ojos apuntan hacia direcciones distintas, el cerebro «elige» una de las dos imágenes y «elimina» la otra. Si esto persiste, el ojo «eliminado» comienza a perder visión y puede llegar a quedar ciego.

De ahí la importancia del control del niño sano para detectar estos problemas.

Algunos niños tienen el puente nasal amplio, de tal manera que se cubre parte de la esclera nasal (lo blanco del ojo, del lado de la nariz). Esto da la apariencia de que el niño tiene una desviación hacia adentro. Esto se llama pseudoestrabismo, y no es una enfermedad. Es simpemente una falsa impresión relativa al tamaño del puente nasal.

El pediatra, en las visitas del control de niño sano, explorará varios aspectos de la visión desde que nace el niño. Revisará con el oftalmoscopio las pupilas, para ver su reflejo (color, simetría); checará los movimientos y la conjugación de los ojos. Más adelante realizará tamizajes visuales con tablas o carteles en los que el niño indicará el dibujo que el médico señala. Y podrá hacer otras pruebas si existe la sospecha de estrabismo, como cubrir y descubrir un ojo para valorar la acomodación de los ojos.

 

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