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Si le hubiera puesto el cinturón

Pasan los años, y el hábito de ponernos el cinturón aún no se arraiga. Si no consideramos ponernos el cinturón nosotros mismos, nuestros hijos sufrirán las consecuencias porque tampoco consideraremos ponérselos a ellos. Es algo tan sencillo, que resulta increíble pensar que no se use. Las sillitas para los niños y los llamados «boosters» que levantan la altura del niño para que pueda usar el cinturón del carro aún no se usan como se debieran.

Sólo para darnos una idea de la importancia de esto, veremos algunos datos publicados por el CDC y por un artículo reciente:

En EEUU, en el 2006, se estima que se salvaron 425 vidas de niños menores de 5 años gracias al uso de sillas para el carro y boosters.

El uso de sillitas y boosters reduce el riesgo de muerte en automóviles de pasajeros en un 71% para niños menores de 1 año, y en un 54% para niños entre 1 y 4 años.

Los niños entre 4 y 8 años que usan boosters tienen menor riesgo (aproximadamente la mitad) de lesión que los que usan sólo el cinturón del carro.

En menores de 16 años, viajar en el asiento trasero disminuye el riesgo de lesión severa hasta en un 40%. Es por eso que todos los menores deben viajar en el asiento trasero.

En fin, podríamos seguir mostrando estadísticas de los beneficios de algo tan sencillo como usar sillitas y boosters, y podrán existir maneras para tratar de aumentar el uso de estas medidas preventivas (legislaciones, campañas de promoción, etc.). Sin embargo, la decisión final será de nosotros como padres. Si por desgracia, llegásemos a tener un accidente, imaginemos la culpa que tendríamos al pensar «…si le hubiera puesto el cinturón…»

Escrito por Dr. Giordano Pérez Gaxiola. 23 de octubre, 2009.

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