Los pediatras, y posiblemente la mayoría de los médicos, también fungimos como árbitros. Aunque no te enseñan cómo hacerlo en la residencia o en la carrera, a los pocos días de atender familias te topas con conflictos que debes mediar. Algunos son graves, otros son triviales. Y pocos son tan frecuentes como el intenso debate que se presenta cuando el bebé ha llegado a casa y se tiene que decidir la temperatura de la habitación. La mamá o el papá caluroso quiere el aire acondicionado a 21ºC o menos. La mamá o el papá friolento quiere que esté a 25ºC o más. Y dicha discusión se lleva a la consulta con el pediatra, quien tiene que interceder y dar un veredicto.
En una ciudad tan cálida como la nuestra existe un generalizado miedo al frío. Con que la temperatura baje un poco es suficiente para que se saquen los suéteres (prenda que las mamás le ponen a sus hijos cuando ellas tienen frío) y los cobertores. Es entendible, entonces, que se quiera proteger aún más a un recién nacido.
En las primeras horas de vida, los bebés no son capaces de regular su temperatura. Por eso, desde hace décadas la OMS recomienda que el sitio donde vayan a nacer esté al menos a 25ºC, ya sea un quirófano o una sala de labor (1). Poco a poco, el recién nacido se va adaptando, y en pocos días mantiene sin problema su cuerpo entre los 36.5 y los 37.5ºC, al igual que un adulto.
Una vez que el recién nacido regula su temperatura, lo cual normalmente se logra en la primera semana de vida, ahora sí viene la polémica del aire acondicionado. ¿Cuál es la temperatura ideal? ¿Cuál es la más segura?
Consideremos las recomendaciones que se hacen en países donde sí hace frío (ej. Inglaterra). No hay un consenso científico pero comúnmente les dicen que mantengan el cuarto entre 16º y 20ºC (2). Y acá, como no estamos acostumbrados, nos peleamos porque alguien le quiere bajar al aire a 22ºC. La realidad es que los bebés pueden tolerar un rango amplio de temperaturas, sólo hay que cuidar cómo los vestimos porque arroparlos de más se ha asociado al síndrome de muerte súbita del lactante, la infame muerte de cuna (3).
Entonces, ¿exactamente a cuántos grados ponemos el aire? Volviendo al primer párrafo, temperaturas entre 21 y 25ºC son seguras, así que la familia tendrá que acordar una en la que tanto el bebé como los papás estén confortables.
- Thermal protection of the newborn: a practical guide. Ginebra, 1997.
- NHS Sheffield. Safe sleep for your baby. http://www.sth.nhs.uk/clientfiles/File/Sleep%20Safe%20inners%20[web][1].pdf
- Moon RY, AAP Task Force on Sudden Infant Death Syndrome. SIDS and other sleep-related infant deaths: Evidence Base for 2016 Updated Recommendations for a Safe Infant Sleeping Environment. Pediatrics. 2016; 138. pii: e20162940.