Algunas veces me han preguntado si es bueno que los niños tomen té de jazmín. En nuestra localidad existe un producto comercial muy sabroso de té de jazmín helado, incluso con una presentación dirigida a los niños. Hoy volví a encontrarme con esta duda así que fui a la tienda de la esquina a comprar uno. ¡Ahhh, refrescante!
La etiqueta del envase muestra la información nutrimental: cada 100 ml tienen 40 kcal, provenientes casi todas de carbohidratos (azúcares). Al tomarme todo, estaré consumiendo 200 kcal, ¡10% o más de una dieta promedio!, sólo en una bebida azucarada.
Al lado de la etiqueta nutricional están los ingredientes: agua, azúcar, limón y Jazmín (extracto de la flor Jasminum officinale). ¿Cantidad o concentración del extracto? No lo podemos saber. Y tampoco podemos saber la base de té: si es té negro, té verde, o una base combinada. Por el color, voy a asumir que se trata de té negro.
Tanto el té negro como el té verde tienen algunas propiedades medicinales. Entre ellos destacan mantenerte alerta (por el contenido de cafeína), y mejorar o retrasar un poco los síntomas de la enfermedad de Parkinson. El té también tiene propiedades antioxidantes y existe el potencial de que sirviera para reducir el riesgo de algún tipo de cáncer. Los aceites de la flor de Jazmín han sido estudiados in vitro con este fin. Y hay algunos estudios en humanos que sugieren este potencial. Aún con esta información, no es apropiado decir que el consumo de té de Jazmín previene el cáncer. Recordemos que los estudios están hechos en poblaciones con consumo diario de té, no de bebidas comerciales edulcoradas.
Entonces, por un lado tenemos que este producto es una bebida azucarada con muchas calorías, y por otro tenemos una promesa de que podría tener algunos beneficios en salud. Pero, vamos más allá. ¿Existen riesgos de tomar té negro, té verde, o similares?
Como pediatra, me preocupan algunos detalles:
1. Tiene cafeína. Aunque un poquito de café o té no le hará daño a un niño. ¿Qué tanto es «poquito»? No sabemos cuánta cafeína hay en estas bebidas. No nos vaya a pasar como con la cerveza.
2. Tiene propiedades diuréticas. Todas estas bebidas aumentan el flujo de orina. Por lo tanto, nunca deben usarse como bebidas hidratantes en un niño que tiene vómito, diarrea o alguna otra condición que lo pueda deshidratar. Imagínenlo, el objetivo de darle de tomar suero a un niño con diarrea es que retenga agua por las pérdidas que está teniendo y resulta que le damos una bebida que hará que aumenten sus pérdidas al orinar en exceso.
3. Puede empeorar una anemia. Los niños en crecimiento tienen riesgo de anemia por deficiencia de hierro, sobre todo aquellos que toman demasiada leche y no comen suficientes alimentos ricos en este elemento. El consumo de té pudiera acentuar este problema.
4. Tiene una gran cantidad de calorías. Ya lo mencionamos arriba, al tomarme este envase estaré consumiendo más del 10% de las calorías de mi dieta recomendada sólo en una bebida azucarada.
5. Puede haber interacción con medicamentos. El té, tanto negro como verde, puede tener interacción con medicamentos de uso en la infancia como el ibuprofeno, el paracetamol, el salbutamol y el fenobarbital.
Al final del día, el mensaje será el mismo de siempre: primero está una nutrición balanceada. El agua es más saludable que los jugos, los refrescos y las bebidas de té helado. ¿Se puede disfrutar de uno de vez en cuando? Claro, todo con medida.