Cuando uno de mis hijos tuvo su primer campamento en primero de primaria, le comenté al maestro que traía unos pull ups y que quería ver la manera más discreta de que se los pusiera. El profesor se echó a reír porque ya habían desfilado varios padres con la misma solicitud.
La enuresis nocturna, mojar la cama en la noche, se presenta en un 25% de los niños a la edad de 4 años, en un 5-10% a la edad de 7 años y menos del 5% a la edad de 10 años y es más frecuente en el sexo masculino.
La enuresis se reporta en un 43% de niños con papá enurético, un 44% con mamá enurética, y un 77% con ambos.
Para hacer diagnóstico de enuresis se necesita que se presente dos veces a la semana por lo menos tres meses, en un niño mayor de 5 años y que no se atribuya a un medicamento o a alguna otra enfermedad.
El impacto emocional de la enuresis en un niño y su familia puede ser muy importante. Estos niños frecuentemente son castigados y están en riesgo de abuso físico y emocional. En numerosos estudios se reportan niños con sentimientos de vergüenza y ansiedad, pérdida de la autoestima y efectos negativos en el auto percepción, relaciones interpersonales, calidad de vida y rendimiento escolar.
En el abordaje diagnóstico se debe detectar qué tipo de problema es y en su caso solicitar estudios que pueden ir desde un simple examen general de orina hasta estudios sofisticados de radiología.
En cuanto a su manejo inicial se puede empezar con modificaciones en la conducta o reforzamiento positivo y después con el manejo por medio de alarmas (aparatos diseñados para este propósito) y manejo farmacológico. La enuresis per se no es quirúrgica.
El castigo no es una opción en el tratamiento. El impacto de la enuresis en la autoestima del niño y de su salud emocional es suficiente como para agregar el castigo a un problema el cual no está bajo su control. Hay que tener cuidado porque un castigo no siempre se da franco e intencionado. En ocasiones puede ser sutil y no ser reconocido por los padres al pedirle al niño que no tome líquidos a partir de cierta hora, que use pañales o que lave sus sábanas.
Por todo lo mencionado anteriormente, por las molestias y reniegos que hacemos todos los días, pero principalmente para brindarles una ayuda a nuestros hijos, debemos buscar que sea visto por un médico capaz y comprensivo.