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Prevención

Accidentes en el hogar

A medida que el niño crece y se desarrolla va ampliando su radio de acción hacia los sitios más comunes del hogar, y todos coinciden con la letra C que, en cierta forma, pudiera traducirse como «cuidado, cualquier cosa puede suceder».

Cuna

El niño puede broncoaspirar si se deja en la cama, boca arriba, inmediatamente después de comer. Puede también asfixiarse si se dejan en la cuna juguetes con cuerdas, bolsas de plástico o botes de talco. Más grandecito, pudiera hasta quedar colgado en los mismos barrotes.

Cama

Debemos recordar que entre los 4 y 5 meses el niño puede girar sobre sí mismo y caerse de la cama de los papás. Corre peligro también si dejan que duerma en la misma cama ya que pueden asfixiarlo durante el sueño.

Cuarto

A partir de los 8 meses el niño puede llevarse objetos a la boca y tragarlos o aspirarlos, llámense semillas, cuentas o baterías (ojo con éstas porque tiene material cáustico corrosivo que puede producir quemaduras en todo el trayecto del tubo digestivo). No deje los contactos eléctricos sin protección, los niños curiosean absolutamente todo.

Cuarto de baño

Ojo con el piso mojado y resbaladizo, o los recipientes de agua en los que pueda atorarse la cabeza y ahogarse. Asegure también las navajas de afeitar u otro material cortante. Nunca deje solo al niño en el baño….

Cocina

Si se puede, bloquee por completo el acceso a la cocina. De cualquier manera, ojo con las ollas calientes y aceites hirviendo, dirija los mangos de los sartenes hacia la pared. Todo líquido derramado en el piso o vidrios rotos deberán ser limpiados inmediatamente. Mantenga en un lugar seguro los venenos, líquidos de limpieza y desinfectantes, consérvelos en sus envases originales y etiquetas respectivas.

Comedor

Tenga cuidado al transportar o servir los alimentos calientes, evite el juego con cuchillos u objetos punzocortantes.

Calle

En la calle, tanto niños como adultos, todos somos vulnerables, por lo que se deben extremar las precauciones: respetar la vialidad, cruzar las calles con exagerada precaución y con el niño siempre de la mano; caminar por la acera contraria para ver de frente los vehículos. Ojo también con los juegos en la calle, son extremadamente peligrosos.

Conclusión

La gran aventura de los niños es descubrir por ellos mismos el mundo que les rodea. ¿No les parece que en lugar de llamarle accidentes habría que poner en juego la responsabilidad y malicia del adulto?

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